Aprendiendo de culturas
Conozco a una señora que conoce a un señor que yo también
conozco. Es sin duda un inicio que crea nada de especulación por lo que se va a
leer. Del señor que hablo, tengo una admiración por su manera de conocer el
mundo sin haber estado específicamente en un lugar del cual puede conversarte
como si realmente hubiese estado ahí.
Estos meses, he podido sentirme de cierto modo así, vengo
leyendo de forma regular todas las noches fragmentos de un libro que se
llama Bhagavad Gita tal como es de A.C. Bhaktivedanta Swami
Prabhupada. Me animé a leerlo, después de haber leído un libro que
mencionaba este libro. Para comenzar a leerlo, me acuerdo que se lo pedí a mi
madre con mucha emoción (ella conoce mucho sobre la cultura Hindú).
Realmente no es un espacio que he creado para hablar de forma
crítica y con argumentos basados en hechos reales y divinos del libro, si no
mencionar sobre una experiencia en la cual me sumergía durante 5 breves minutos
cada noche antes de dormir. No contaré la historia, solo menciono de forma muy
animada lo que he logrado asimilar para mí, que solo con el hecho de ver la
portada me contagia de un mundo diferente y mágico (aunque no lo sea). No
mencionaré sobre personajes, no deseo caer en errores ni tampoco en conflictos.
Básicamente la historia empieza en una guerra entre familias,
donde el personaje principal comienza a llenarse de dudas y aparece su Guía.
Él, mediante consejos y conocimiento, lo lleva a centrarse y actuar con
valentía, actitud, mucho amor propio y más que nada confianza en lo
Divino.
Me encantó, simplemente traslado ese momento a mí día a día.
Cada ser en la tierra libra a cada segundo una guerra/batalla, como gustes
decirlo. Siempre tenemos que ir tomando decisiones que nos llevan a
experiencias nuevas y que, si lo tomamos de forma positiva, siempre será
enriquecedora, aunque no nos lleve al resultado deseado. Este libro le dio una
bofetada a mi soberbia, dándome a entender que siempre necesitamos un
guía, no sólo espiritual, sino un guía en todas las áreas de nuestra
vida.
Dudas que vienen y que van y que vuelven a venir, siempre en
aprendizaje. Reto a cada persona que ponga a su disposición su mente para
estar siempre expuestas a aprender más y llenarse de información para poner en
práctica día a día y sin duda, transmitiéndola. No olvidemos que lo que
no se da, se pierde y por ende no tiene valor.
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