3 horas antes del heroísmo
Empiezo ahora con mi experiencia
en la rotación de medicina interna, la rotación a la cual denomine “La rotación
fantasma”. Teníamos un punto a favor en estas rotaciones, y era que los
doctores no prestaban mucha atención a los internos de mi universidad,
realmente puede ser irresponsable, pero la ventaja era que nosotros veníamos
descansados para la guardia. Esas guardias inolvidables, con tan solo 3 horas
de descanso.
La rotación que más disfrute en
medicina interna, fue la de infectología, área donde lo que más se observaba
era a pacientes con Sida. El Doctor, era una persona muy amena, y se pasaba muy
bien a su lado, y a su vez ese carisma, provocaba un buen ambiente para aquella
persona que estaba padeciendo esta terrible enfermedad.
De tantas historias que viví en
ese pequeño cubículo, me recuerdo principalmente la de esa pareja joven, de
pocos años de matrimonio. Esposo y Esposa, venían para confirmar o desconfirmar
si el, tenía el virus. La noticia lamentable, él era VIH positivo. ¿Cómo
olvidar la cara de su esposa? ¿Resignación, odio, tristeza? ¿Qué expresaba esa
cara? Dentro de mí no sabía que decir, ni que hacer. El Doctor, con tanta
experiencia, continuó como siempre.
Sabes (le decía el doctor a la
chica), ahora cada vez que tengan relaciones, tendrán que usar condón, si él
tiene llagas en la boca, lo mejor para prevenir, es que no lo beses, etc.
Muchas instrucciones, para una pareja que todos sus planes se le venían abajo.
¿Acaso unos minutos de placer valen la pena para acabar con toda una relación?
¿Acaso unos minutos de placer, valen la pena para quebrar la confianza de la
persona que amas?
Experiencias inolvidables en esa
rotación de infectología. Gracias a Dios existe Dominique lapierre, el escribió
un libro llamado “Más grandes que el amor”, donde explica con más detalle sobre
la vivencia del Sida y sus inicios. Por mi parte, en el siguiente ensayo,
narrare aquellas 3 horas de eterno heroísmo.
Totalmente de acuerdo contigo!
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