Estar deprimido versus estar feliz

Un momento mágico acelera mi corazón, mil por hora, dos mil por ahora, tres mil por hora, aparece un policía acostado que provoca que mi corazón acelerado, frene y venza el poder de la fricción.

 Un recuerdo amargo, un recuerdo nublado, un recuerdo sin razón. Luz que brilla, luz que resalta, luz que me permite ver hacia un futuro incierto que lo dibujo con un pincel sutil que me dibuja bajo un cartel que lo podríamos tildar de “éxito”, me dibuja como un rostro iluminado, ojos llenos de esperanza, que reflejan pureza…

 Pero ahí está, ese policía acostado, frenando a mi corazón acelerado, quitando a la mano creadora ese pincel dibujante, a ese pincel creador, a ese pincel feliz que al verse alejado de mi rostro esplendoroso, busca con asías otro soñador iluso.

La depresión es un síntoma de la bipolaridad, canción del grupo uruguayo Cuarteto de Nos, los mismos que cantan Nada es gratis en la vida, lema similar al de la tienda de la esquina de mi cada que dice “Hoy no fio mañana si”, como mi madre que hoy al levantarme tarde me dijo “No dejes las cosas para mañana”, hablando de cosas, me acorde del tío cosa y los locos adamas, de morticia cuando Romeo bajaba con su boca hacía el brazo de su mujer, como lo hace una montaña rusa en un parque moderno y actualizado como los que no tenemos en mi país, país que para mí son solo un par de personas, Barcelona y tú. Si claro tú, aquella que me traslada de esta depresión hacia la felicidad.

Ser feliz es un estado o qué mismo es, no se la verdad, pero me acuerdo de  mi cara amargada yendo a trabajar pasando por la avenida Pedro Menendez, pero inmediatamente sonrió cuando veo un cartel que dice “Sonríe que la vida es ahora”, hablando del poder, hay un libro titulado “el poder del ahora”, el cual narra porque tenemos que vivir intensamente y siempre con una sonrisa, “pues tenemos una sola vida”, la misma sonrisa con la que canta Violeta Parra “Gracias a la vida”, canción cantada también por la cantante, más no autora, Mercedes Sosa, es increíble cómo puedo amargarme tan rápido, Mercedes Sosa no compuso esa canción, cuantas veces tengo que decirlo ¡cierto el cártel! Ahora sonrío de nuevo.