La rosa que caía
Del cielo cayo una
rosa y por decisión propia siguió cayendo, cayendo siguió la rosa, pues un
lugar cómodo no encontraba, piso por piso iba probando, y nada se ajustaba, su
corazón latía cada vez que estaba a centímetros de llegar, pero triste seguía
cayendo, pues nada la hacía suspirar.
Más o menos cálculo
unos 10 kilómetros de aquí al piso, decía la rosa mientras viajaba a su
destino, emocionada sonreía, pero amargada se ponía cada vez percibía que nada
bueno iba a encontrar.
Cansada se puso la
rosa, pues en ningún suelo cabía, hasta que un día, a mucha distancia logro ver
ideas que caían, muy lejos las veía, y la curiosidad la invadía ¿Qué será? Se preguntó
la rosa mientras las ideas cada vez más rápido caían.
En sus ganas de saber
del acompañante que tenía, tomando empuje se acercó, duró días el llegar, y
cuando se la topo en tremenda embestida, le preguntó ¿Quién eres? Y la lluvia
de ideas que sin mucho interés le dijo: soy la que encadenó a tu pueblo a una
esclavitud intelectual, hasta que llegó el libertador. ¿Qué libertador? Increpo
la rosa que caía. La autoeducación dijo la lluvia de ideas, ahora me han dado
cadena perpetua en el abismo inconsciente.
¿Caeremos por
siempre? pregunto la rosa que caía. Así es respondió la lluvia de ideas, algún
desolado humano te ha expulsado, y tu inocente corazón, no lo ha notado, ahora
en este abismo inconsciente, conscientemente viajaremos.
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