Crítica a la sociedad eterna

¿Dónde nace el bien o el mal? ¿Soy acaso esa persona que debe ser, o es mi deber buscar múltiples formas de ser, para finalmente constituirme en el ser que debo ser en el mundo para poder generar un cambio? ¿Estamos para callar o es correcto criticar? ¿Mi ejemplo puede brillar más que mis palabras? ¿Cuánto tiempo debo de esperar para poder tener los resultados empleando mi ejemplo? ¿No es acaso mejor vivir en consciencia que en inconsciencia, si fuese así, por qué las personas prefieren vivir de otro modo?

Dentro de lo que llamamos mundo, hemos recibido múltiples visitas de maestros, que han iluminado nuestro camino con sus cuestionamientos y formas de vida. Esos planteamientos han llegado hasta mí y no existe momento en los cuales no haga algún tipo de cuestionamiento. Hace pocos días asistí a una reunión, donde me fije de varias cosas.

¿Es acaso necesario el alcohol para poder pasarla bien? ¿Es acaso necesario música que agrede contra el cuerpo para pasarla bien? ¿Cómo es posible que critique algo con lo cual luego me divierto?
Sin duda alguna, el placer puede llegar a interponerse a la voluntad, es ahí cuando no llegas a tener dominio, sin embargo, si entre todos nos ayudásemos, nuestro presente fuese más fuerte.

Sentado, mientras escucho y veo, mi cuerpo quiere fluir con el ritmo interpuesto por los demás, pero mi mente, mi espíritu, me pide que viva, más no que muera. Pero de nuevo vienen las preguntas…
¿Es acaso importante querer dejar un ejemplo para las futuras generaciones? ¿De qué sirve buscar una vida de integridad y no aprovechar las múltiples formas de placer que el mundo otorga? ¿Cómo saber que lo que estoy haciendo está bien?

Me imagino yo a la voluntad como un campo extenso y hermoso, cubierto de sonidos melodiosos, una amplia luz irradiada por el sol, el verde de los árboles que no para de contemplar mis ojos. Todo limpio. Al ir caminando por este soñado paraíso, me logro percatar de una pequeña mancha en una hoja, una mancha blanca, que parece que se extiende con intensidad. Me da tanta curiosidad, que decido explorarla.

Soledad y oscuridad.
Terquedad y necedad.
Crueldad y tristeza.
Soberbia y egoísmo.

Más que un mundo físico, me encontré con un mundo de vicio, donde las imágenes no se recreaban en mis ojos, más si en mi cabeza. Como ciego que busca apoyo, así me encontraba yo, lágrimas de desesperación corrían por mi rostro. Tenía tanta desesperación por salir que no paraba de gritar, cada vez más las imágenes se arraigaban en mí, poco a poco era parte de aquel mundo sin luz. Aclamando ayuda, se acercó a mí la paciencia, esparció por segundos a todos estos malos pensamientos y me permitió estar claro, salir era mi única meta.

De regreso a la voluntad, busqué opciones para sanar. Ningún tipo de método me sirvió, desde los más fuertes insecticidas, plasmicidas, y todo lo relacionado a aquello. Quizás la respuesta estaba en la paciencia ¿Podrá ser paciencia más acción?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Resumen de la película La razón de estar contigo

Resumen de la película “el hombre que conocía el infinito”